Sí, me aburrí de ti, porque no te hablo. Porque eres igual que yo. Somos coquetos, no siempre nos coqueteamos el uno al otro. Nos gusta el deseo. Solo el deseo, y suerte que nos amemos. Pero el cuerpo y el alma va más allá de los dos. Y nos amamos, sí, es cierto. Pero hay unos cuántos kilómetros entre tú y yo que acabo de poner en nuestro camino por necesidad.
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